doctora Aspasia








Mª Pilar Zaragoza

Mujer y Ciencia
Mª PILAR ZARAGOZA FERNÁNDEZ



Aspasia, nuestra profesora-clown, por cierto alumna brillante mía, nos explica en esta obra el origen del Universo a través de una comedia de humor inteligente, basada en la importancia de aprender y conocer la ciencia.

Hoy me siento especialmente orgullosa por estar aquí como profesora de Aspasia, nuestra querida Helena, y como mujer científica que cree en la importancia de transmitir a la sociedad los valores que el aprendizaje y la apuesta por el conocimiento aportan a nivel individual y colectivo, porque sólo una sociedad basada en el conocimiento es una sociedad con futuro, y hoy con dicho trabajo trasmitimos este valor.

La obra se centra en algo fundamental: saber quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Lo hace de una manera científica, cómica y atractiva al mismo tiempo, para que el público que participa en el espectáculo conozca la historia del Universo y por tanto la aprenda casi sin darse cuenta.

Semejante propósito se ha conseguido porque Helena es una artista, una clown, pero también porque tiene una formación académica. No sólo le interesa la investigación y el progreso sino también poder trasmitir los conocimientos. Primero se licenció, después investigó y se doctoró en Veterinaria y hoy es una artista que en clave de humor transmite y ayuda a divulgar la ciencia.

Divulgar la ciencia —de forma sencilla y divertida— es importantísimo, por eso felicito a Helena, a la doctora Aspasia y a todo su equipo por tan excelente trabajo: han conseguido vehicular la ciencia a través del teatro y de este libro. Y les doy las gracias también por el estímulo que supone para los investigadores y profesores que colaboran en divulgar la ciencia, pues nos anima a seguir concienciando a la sociedad sobre la necesidad e importancia de invertir en CONOCIMIENTO y apostar por este valor.

Helena Castillo interpreta a la doctora Aspasia

Ya sabemos que España está en crisis pero, ¿qué se está haciendo para solucionar el problema? El presupuesto de la ciencia española de nuevo ha retrocedido durante este año. Tan sólo invertimos en I+D+I el 1,3% del PIB mientras que la media de la Unión Europea es del 2,03%.

España carece de políticas para nuestros científicos y tampoco compite a la hora de atraer talentos. Nuestros becarios se forman aquí y en su gran mayoría emigran, ofreciendo además unos resultados excepcionales para los países que los captan. Dichos países demuestran ser más inteligentes, porque producen con nuestros becarios una tecnología que nosotros compraremos después.

Es una triste realidad, y sin embargo la inversión en I+D+I dentro de los Presupuestos Generales del Estado se mantiene en negativo como en años anteriores, consolidándose así un recorte acumulado del 30%.

Albergábamos la esperanza, tratándose de un año electoral, de que cambiaran las tornas pero no ha sido así. Carlos Andradas (Presidente de la Confederación de Sociedades Científicas, COSCE) en el informe de este año indica que la financiación continúa bajando, aunque el gobierno diga que aumenta un 4%.

Los números que hace el gobierno se amparan en los llamados fondos financieros, que básicamente no son otra cosa que créditos reservados por el Gobierno para I+D. Pero que estén reservados no quiere decir que se utilicen. Por ejemplo, los proyectos de transferencia y creación de empresas no se ejecutan en su mayor parte. O no se piden porque no son interesantes, o cuando se piden han de saltar muchas trabas para su concesión.

La COSCE denuncia que en 2013 quedaron sin uso el 46% de los Presupuestos Generales del Estado para I+D. Y hasta noviembre de 2014 sólo se había ejecutado el 30% del ejercicio. Así que se trata de una operación cosmética, donde el gobierno habla de 6.400 millones en vez de los 4.000 millones que gestiona en realidad. De modo que nos encontramos al mismo nivel de inversión que en 2005 y esta diferencia es ya irrecuperable.

Helena Castillo interpreta a la doctora Aspasia

Cada vez que oigo hablar de la Triple Hélice (sociedad, conocimiento y gobierno) comprendo mejor el papel que juega la Sociedad en el avance de la ciencia. De hecho, el trabajo que hoy se presenta y al que os dedicáis con tanto cariño, motiva a las personas de una forma muy interesante. No sólo porque alimenta la idea de que si apostamos por la formación, la investigación y la ciencia estaremos colaborando en nuestro propio beneficio, sino también porque nos empuja a exigir a nuestros políticos que inviertan en ciencia de una forma prioritaria.

Ahora bien, hay que reconocer que los científicos pecamos a veces de no comunicar lo que hacemos. Y debemos comprender que el diálogo con la ciudadanía es tan vital como necesario, sobre todo si queremos su implicación, por eso divulgar la ciencia es algo fundamental.

El personaje de Aspasia —mujer inteligente de Atenas— también pone en evidencia la importancia de la mujer en este ámbito. De hecho hay más alumnas que alumnos estudiando en la Universidad, también son mayoría entre las tesis doctorales que se elaboran, y sin embargo no ocupan luego puestos de responsabilidad. Hoy la mujer sigue teniendo problemas para alcanzar la dirección.

Recientemente se ha publicado el estudio «Las mujeres en los premios científicos en España 2009-2014». Por iniciativa de la Unidad de Mujeres y Ciencia (UMyC), del Ministerio de Economía y Competitividad, y la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), el trabajo concluye que las investigadoras que consiguen acceder a un premio científico en España apenas llega al 18%, y disminuye al 7% si el premio tiene una dotación económica superior a 100.000 euros.

¿Acaso somos más tontas o estamos menos preparadas? ¿No será que el camino profesional está sembrado de dificultades añadidas? ¿Y no tendríamos ya que eliminarlas? En esta tarea resulta fundamental que intervengan personajes como la profesora Aspasia y que actúen como correa de transmisión. Porque no podemos perder ni una sola neurona y menos aún la mitad del conocimiento disponible.

Así que enhorabuena por el trabajo. Confío en que el empeño por divulgar ciencia, y en especial por divulgarla en clave de humor, sea hoy el inicio de un largo camino por recorrer. Deseo a todo el equipo muchos éxitos. Y por favor, seguid divulgando ciencia. Gracias.

Varita de observar

Laura Gómez-Lacueva

Tragedia + Tiempo
LAURA GÓMEZ-LACUEVA



Si COSMOAGONÍA como espectáculo, fuera una tragedia, una charla, o algo diferente, no sería tan atractivo. Pero haber elegido hablar de ciencia, de cosmogonías, desde una comedia, desde un espectáculo de clown, ¡una payasa! es algo muy inteligente e interesante. Porque el humor nos hace estar atentos, preparados para poder reirnos, para comprender el chiste, casi con una sonrisa y cuando logramos entender el “gag“ nos relajamos en la risa. Por fin lo hemos entendido y eso nos hace felices.

La comedia no tiene el mismo prestigio que la tragedia o el drama. Se le considera casi un género menor, el hermano pobre de las artes escénicas. Y es curioso porque la comedia se nutre de la tragedia. Como decía Woody Allen, la comedia es tragedia + tiempo.

Helena Castillo interpreta a la doctora Aspasia

La tragedia es más universal, pero la comedia y el humor son diferentes en cada país, en cada región, porque parten de la cultura de cada sitio y sus propios referentes, sus tradiciones, dichos y canciones populares...

Las actrices llevan menos años actuando que los actores, de hecho los personajes femeninos los interpretaban los hombres al principio. Y pocas mujeres se dedican a la comedia, ya que la mujer en nuestra sociedad tiene que ser bella, no está bien visto ponerse fea, o ser torpe o hacerse la tonta, o hacerse la lista, o decir palabras malsonantes… Eso se reserva a los hombres.

El humor también tiene una parte matemática, como una coreografía. Pero hay otra parte casi mágica que depende de muchos factores: de cuánto público hay, no es lo mismo 5 espectadores que 50 ó 100; de si son mayoría mujeres u hombres, las mujeres en general se ríen más alto que los hombres; de si hace calor o frío en la sala, de si son cómodas o no las butacas; de que el cómico o cómica esté concentrado/a e inspirado/a; de la inocencia o los prejuicios con los que el público va a ver el espectáculo, etc… Todo esto y mucho más, hace que cada función sea única.

Y eso es científicamente maravilloso.




Esther Moreno López

Género y Creatividad
ESTHER MORENO LÓPEZ



Hace mucho que no me veía con Helena, pero lo cierto es que nos conocemos desde hace treinta años, por lo menos. Desde los tiempos de La Pluma, en la calle san Lorenzo, siempre coincidíamos en el ambiente del feminismo… Y la verdad es que siempre la enmarco en los momentos más festivos de aquella época.

Haciendo memoria recuerdo una historia que me contó Conchi Arnal acerca de un viaje que hicieron unas cuantas amigas a los carnavales de Cádiz. Bajaron en automóvil desde Zaragoza y ya desde el principio iban vestidas de monjas. Y se hicieron pasar por monjas durante todo el trayecto, actuando como tales cuando hacían una parada o a la hora de comer en cualquier restaurante, creando una serie de situaciones disparatadas, producto de las ideas preconcebidas que tenemos sobre las monjas, y disfrutando también de los privilegios que otorga el uso de ciertos hábitos y uniformes en nuestra sociedad: entrar gratis a ciertos lugares, ocupar los mejores sitios…

Cuando Conchi me contó esta historia enseguida me puse en contacto con Helena para contrastar la aventura y, efectivamente, pude comprobar que era cierta. De hecho amenizó la charla con un montón de anécdotas sobre el viaje y las disfruté de tal modo mientras me las iba contando que luego me arrepentí de no haberlas escrito. Todavía, cuando pienso en el asunto, me vienen a la cabeza las fotos que se hicieron por el camino y las que llevaban de casa, unas estampas que se imprimieron con mucha guasa y en las que estaban todas tan guapas como ahora. La mezcla de humor y lucha de género embellece mucho a las personas.

Como escribe Mar Gallego en la revista Pikara Magazine, es muy importante la relación que existe entre la cuestión de género y el humor. La clown Virginia Imaz, una actriz muy fina, muy aguda, a la que tuve la oportunidad de conocer en unas jornadas feministas, realizaba, cada día que nos juntábamos para debatir y compartir experiencias, un resumen en clown de lo que había ocurrido durante la jornada anterior.

Y lo que llamó mi atención es que no teníamos costumbre de ser las protagonistas hasta un extremo tan especial. No hace mucho que las mujeres habían sido educadas para reír las gracias masculinas. Condenadas a ser las eternas espectadoras, era muy sorprendente vernos trabajando por una misma idea no sólo en la política sino también desde el arte. Incluso en ambos planos a la vez.

Helena Castillo interpreta a la doctora Aspasia

Hacerse sujeto de un mensaje cómico y ocupar el centro de un espacio público tan evidente como es un escenario era todo un avance social. Desde ese instante, la imagen de la mujer no sólo iba a ser la de procreadora, sino que también ocuparía el espacio de la creación artística, manifestando de esta manera que no son conceptos distantes y contrapuestos sino al revés.

¿Y qué es lo que necesita una artista o una creadora? Desde mi óptica, prefiero ver a las artistas como pescadoras, mujeres que arrojan la caña hacia el fondo de su río interior para capturar allí su propio inconsciente: sus ideas.

Lo más importante no radica en tener una habitación propia, que lo es, nadie lo duda. Tampoco obtener el apoyo de los hombres de la casa, si los hay. No es fundamental tener acceso a las condiciones materiales y objetivas que permiten la creación, sino gozar de algo tan básico como necesario: un lapicero y un trozo de papel. Con herramientas tan sencillas, el siguiente paso engancha con el motivo que empuja a tener muy claras las ideas que quieres plasmar en ese papel. Tus propias ideas.






departamento de Cosmogonia